Respecto al plano de
referencia, existen dos tipos de personas: Las que manejan un plano de
referencia externo, es decir, las que basan sus decisiones principalmente en
los juicios de otras personas y las que manejan un plano de referencia interno;
es decir, que desde dentro de sí mismos saben cuándo una decisión es la
correcta o no.
Estos solo son estilos,
también conocidos como metaprogramas.
La diferencia entre ambos
planos de referencia radica en que el primero hará felices a las personas que
te rodean y el segundo te hará feliz a ti.
Por ejemplo, si para elegir
pareja te basas en lo que las otras personas comentan que te conviene o como te
verías mejor, probablemente te vas a sentir socialmente integrada con esa
persona. Pero yo dudo que realmente sea lo que tú quieres para tu vida.
Cuando nos basamos en el
marco de referencia interno, tenemos esa sensación de que lo que estamos
eligiendo es lo correcto. El punto aquí es que logres no escuchar los
comentarios ajenos.
Y el punto también es que
logres distinguir que lo que estás pensando viene realmente de ti o es una idea
infundada por otros.
Para saber en qué plano te manejas normalmente pregúntate:
Cuando haces bien tu
trabajo: ¿cómo lo sabes? (analízalo antes de seguir leyendo)
Opciones de respuestas:
Referencia externa: Porque
me lo dice mi jefe, por las felicitaciones, porque me dan un aumento de sueldo,
y todo lo que tenga que ver con algo externo a ti.
Referencia interna: Porque
lo siento, porque lo sé y cualquier otra expresión que indique que lo sabes
desde dentro.
Si distingues que tienes un
marco de referencia externo, la siguiente vez que tomes una decisión, tómalo en
cuenta y revisa si realmente te quieres basar en lo que está fuera de ti.
Cuando somos nuevos en
algo, probablemente nos basemos en un marco de referencia externo. Por ejemplo,
cuando empezamos a trabajar por primera vez, nos basamos en los comentarios que
nos hace nuestro jefe y compañeros para ir moldeando nuestro desempeño con base
en las necesidades de nuestro trabajo. Pero una vez que te conviertes en un
experto en lo que haces ya no te basas en ello porque realmente sabes lo que
haces.
Ahora, te invito a vivir tu
vida sabiendo que sabes lo que haces y que eres tú y solo tú quien puede
percibir los beneficios y los riesgos de lo que haces y sopesarlos para dirigir
el camino que tomas en tu vida.
Vive por ti y con base en
quien tú eres. Al final, todo tiene consecuencias. Piensa que serán positivas
porque siempre lo son. Siempre hay un aprendizaje en todo. Así que anímate a seguir tu intuición y hazlo
desde tu marco de referencia. Por lo menos si te equivocas, no tendrás como
tomar un rol de víctima y así podrás aprender más rápido y ajustar el camino.
Es genial!